NOTA DEL BLOG: MEXICO DF CDMX 30 DE MAYO 2019
Los miembros del Centro de Investigación y de
Estudios Avanzados (Cinvestav) del INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL y de otros centros de INVESTIGACION -TENDRAN QUE PEDIR PERMISO Y AUTORIZACION FIRMADA DEL PUÑO Y LETRA DE ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR para poder salir del PAIS
SUENA MUY CUBANOIDE ESO
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Científicos del Cinvestav deberán pedir permiso a AMLO para viajar al extranjero
Marcos Nahmad, científico mexicano especializado en biología
cuantitativa, consiguió que lo aceptaran para hacer una estancia
académica en un centro de investigación en Chicago, Estados Unidos.
Negoció que le pagaran el hospedaje y él puso de su bolsa los boletos de
avión. Ya estaba todo aprobado por el
Centro de Investigación y de
Estudios Avanzados (Cinvestav), al que pertenece, pero ayer se enteró
que ahora tendrá que conseguir la autorización firmada de puño y letra
del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A partir de ahora, los más de 600 científicos del Cinvestav tendrán
que pedir la autorización presidencial para hacer viajes académicos al
extranjero, derivado del memorándum de austeridad enviado por López
Obrador el 3 de mayo pasado para toda la administración pública que en
su punto 9 señala: “Toda comisión al extranjero deberá ser solicitada
por escrito, justificada y autorizada por el Titular del Ejecutivo
Federal”.
Después de varias semanas en que las autoridades del Cinvestav
estuvieron en contacto con la Secretaría de Educación Pública (SEP), de
la que dependen, para ver si estas medidas para funcionarios públicos
también les aplicaban, la semana pasada confirmaron que sí y este lunes
el director convocó al Consejo Académico para hacerlo extensivo a todos
los departamentos, cuenta Nahmad.
“Originalmente, a mí me habían dicho: tú no te preocupes porque
seguramente esto va a aplicar para las nuevas comisiones. Pero hoy en la
mañana me citó de nuevo mi jefe de departamento y me dijo: te tengo una
mala noticia, me acaban de avisar que sí te afecta. Entonces yo tengo
ya comprometido mi boleto de avión con fondos propios, pero la reserva
de hospedaje, que quedaría muy mal con otra institución si no voy”,
señala.
Nahmad hace investigación multidisciplinaria en biología del
desarrollo con modelos matemáticos y datos computacionales para analizar
cómo crecen los órganos del cuerpo y el momento en que se detienen.
Desde enero empezó a tramitar que lo aceptaran para este intercambio
académico y ya tenía la aprobación del departamento de Fisiología
Biofísica y Neurociencias, y de la dirección del Cinvestav para usar los
20 mil pesos que cada investigador tiene para hacer viajes cada año.
“Ahora no queda claro cuánto se puede tardar y si me lo van a aprobar
o no. Y el monto es ridículo, no estoy solicitando 200 mil pesos, es
una cantidad que de por sí ya la tenemos autorizada para eso, no hay que
transferir dinero de otros lados para esos viáticos, ya está esa
cantidad que es sumamente razonable”, dice.
El
portal de la Administración del Cinvestav publicó
el nuevo formato que los científicos deben llenar para solicitar
autorización para una “comisión” al extranjero, en el que además de la
autorización del director general, como era hasta ahora, hace falta la
firma del titular de la Unidad Administrativa y Finanzas de la
Secretaría de Educación Pública (SEP), Héctor Martín Garza González; y
la firma del mandatario federal.
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La medida ha causado malestar en algunos científicos, que la
consideran violatoria de la estructura del Centro de Investigación, al
dejar por debajo la autoridad de su director, y sobre todo porque
no está claro qué criterio va a usar el presidente para decidir si aprueba o no las solicitudes.
El mismo documento publicado por la Administración, titulado “
Medidas adicionales a las que establece el dictamen que expide la Ley Federal de Austeridad”,
tiene una carta muestra, con fecha del 27 de mayo, que el Cinvestav
enviará a la unidad de Finanzas de la SEP para pedir el aval a los
viajes de sus investigadores para participar en congresos o cursos fuera
del país.
“Se somete a su consideración la aprobación de las comisiones al
exterior que se adjuntan, siendo la Secretaría de Educación Pública,
cabeza del sector educativo, se solicita que por su amable conducto se
gestione la autorización correspondiente ante el señor Presidente Lic.
Andrés Manuel López Obrador”, señala.
Animal Político solicitó al Cinvestav ampliar la información
sobre esta medida pero el área de comunicación social respondió que ahí
no habían recibido ningún oficio y que no canalizarían la petición con
ninguna otra área.
¿Cómo era antes?
Los viajes al extranjero de estos científicos siempre han estado
regulados, tienen limitaciones presupuestarias y todo tiene que
comprobarse. Pero hasta ahora, solo hacía falta la firma del jefe de
departamento y luego la del director general del Cinvestav.
Eugenia Roldán, investigadora del Departamento de Investigaciones
Educativas (DIE), dice que la cantidad de 20 mil pesos incluso puede
considerarse “generosa” comparada con otros Centros de investigación,
donde los limitan más y hay discrecionalidad sobre a quién y cuánto se
asigna, mientras que ahí hay transparencia. Pero en una década no se ha
aumentado esa asignación y tiene que incluir los boletos de avión, por
lo que en viajes al extranjero a veces no es suficiente.
“Eso puede servir para la mitad de un viaje, a veces. Lo único que
nos pagaban adicional eran las inscripciones al congreso, para eso hay
una partida diferente. Pero para boletos de avión, hotel, y gastos
diarios, comida y eso, son 20 mil pesos”, detalla.
“Es muy poquito dinero para el nivel de internacionalización que
tenemos y que nos exige el nivel de movilidad, que nos exigen las
evaluaciones del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) y del propio
Cinvestav, es poco dinero. Entonces uno se administraba, uno decidía:
voy a este, a este no, este me lo pago yo, pero uno sabe que tiene un
monto limitado y uno decide en función de su carrera, de sus intereses,
del proyecto que está haciendo, de los vínculos que tiene… decisiones
muy orientadas por el trabajo, y todo se tiene que justificar, no hay
manera de gastarse más dinero del aprobado”.
Ahora, además, está la orden presidencial de reducir 30 % los
viáticos nacionales y 50 % los extranjeros, que no saben cómo se les va
a aplicar porque ellos recibían esa única cantidad en total.
Lo primero para solicitarlos, es contar con una carta de invitación
para ir a presentar una ponencia en un congreso, dar una conferencia o
un curso; en ningún caso se podía salir del país solo para asistir como
oyente.
Después, los boletos de avión tienen que comprarse en la agencia de
viajes con las que tiene convenio el Centro, no hay opción de
conseguirlos por otro lado. Luego, regresando del congreso, hay que
entregar la constancia de asistencia, y llevar cada ticket, factura o
recibo de los gastos hechos.
“Hay que presentar todos, todos los comprobantes a la vuelta. Si por
obra y gracia del Espíritu Santo sobra dinero, hay que devolver hasta el
último peso. Si te pasas, ya cada quién de su bolsillo”, agrega Roldán.
“Otro lugar de donde se podía sacar dinero para hacer viajes es los
investigadores que tienen un proyecto con fondos de otra parte, con
fondos Conacyt o de la Fundación Rockefeller, o la fundación lo que sea.
Por ejemplo, para los fondos Conacyt, los proyectos de ciencia básica
siempre tienen un rubro para viáticos. Esos viáticos se podían usar pero
también siempre con aprobación de la dirección general, con los mismos
requisitos de compra del pasaje por la agencia de viajes, y comprobar
los gastos. Y hay un límite máximo que uno puede usar por día, que está
fijado por Hacienda: en internacionales son realmente mucho, son 225
dólares, uno no se gasta eso; pero para nacionales son 850 pesos.
Entonces aunque el dinero venga de Conacyt, no de Cinvestav, de un
proyecto que el investigador se ganó, se tiene que ajustar a esos montos
de Hacienda y se tiene que comprobar. Siempre estuvo acotado”.
Una opción más es que el investigador reciba dinero de otro país, que
no son “recursos fiscales” (es decir, generados con impuestos
mexicanos). En ese caso no hay necesidad de comprobar los gastos, pero
de cualquier manera tienen que solicitar el permiso y comprobar que era
únicamente un viaje de trabajo.
Sin claridad sobre las autorizaciones
Este miércoles en su conferencia de la mañana, López Obrador presumió
que aprobó menos del 20 % de solicitudes hechas por funcionarios de
todo el gobierno para salir del país.
“Si hace falta viajar al extranjero y se puede resolver con el
teléfono, con las teleconferencias, hacerlo y ahorrar. Yo les decía, se
pone la medida que se autorizan ahora los viajes al extranjero y apenas
en una semana 120 solicitudes, en una semana, para viajar a todo el
mundo. ¿Cuántas se autorizaron? Veinte”, dijo el mandatario.
Alma Maldonado, también del Departamento de Investigaciones
Educativas, lamenta que por la estructura del Cinvestav, a los
científicos les termine afectando esta idea de que no hace falta que
viajen.
“La gran contradicción es que somos servidores públicos pero no somos
burócratas, y para estos efectos nos están tratando así. O sea, lo de
los cortes de los viajes es para que los burócratas no se vayan de viaje
porque sí, entonces el presidente tiene que autorizar los viajes. Y en
este caso, pues nos están aplicando la medida a todos”, señala.
A diferencia de las Universidades, los Centros de Investigación no
son autónomos, lo cual deja a su comunidad científica a expensas de lo
que se decida para toda la administración federal.
“La razón por la que los investigadores estamos sumamente molestos es
no tanto por la reducción de viáticos, entendemos que en tiempos de
crisis es algo que puede suceder, sino porque sea el Presidente del país
el que tiene que autorizar. ¿Cuáles son las credenciales académicas del
presidente para decidir si tal viaje se vale o no se vale, es
autorizado o no? ¿Cómo él puede tener más autoridad que el jefe de
departamento, el director del Cinvestav, los procesos de evaluación por
pares?, o sea, todos estos mecanismos al interior de la comunidad
científica a los que estamos acostumbrados en nuestras continuas
evaluaciones. Sentimos que se pasa por encima de nuestra calificación
académica”, reclama Roldán.
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