NOTA DEL BLOG: TOLUCA 19 DE NVIMBRE 2019
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MI ESTIMADO LOPEZ OBRADOR OJALA LEYERAS EL CASO DEL COBARDE ASESINO DE TOLUCA , AL MENOS 3 MUJERES ASESINÒ -"EL PORTENSE BIEN Y LOS ABRAZOS ¡NO FUNCIONARON!"-
P.D.ADEMAS APARTE DE LA CORPULENCIA HABIA ESTUDIADO POR AL MENOS 4 AÑOS TECNICAS DE KRAV MAGA - LO PROMOCIONAN COMO ARTE DE DEFENSA PERSONAL ISRAELÌ , PERO REALMENTE ES UN TECNICA DE ATAQUE MORTAL -BUENO LA MEJOR DEFENSA ES EL ATAQUE ´¿NO?
******* FUENTE ELPAIS
Cuatro noches frente a la casa del asesino de su hija
El hallazgo de tres cadáveres de mujeres en Toluca pone en alerta al Estado de México, uno de los focos feminicidas del país
La familia de Jessica Guadalupe Jaramillo lo sabía. Tenían
la localización del tipo que había secuestrado a su hija de 23 años el
pasado 24 de octubre. Estaban seguros desde el primer momento.
Pese a
las largas de la fiscalía (“hasta que no pasen 24 horas no podemos hacer
nada”), la familia Jaramillo cogió su furgoneta y se plantó cuatro
noches frente a la casa del que posteriormente sería considerado el
presunto asesino de Jessica y de otras dos mujeres.
Fueron 96 horas de
agonía, impotencia y noches en vela en Villas Santin, una colonia de
Toluca, esperando una orden de registro del domicilio que llegó
demasiado tarde, el miércoles 30. Cuando llegaron las autoridades, el
presunto asesino, Oscar García Guzmán de 28 años, ya había huido. El
suceso muestra los problemas con la justicia en el país, el obstáculo
del mito de las 24 horas para investigar una desaparición, periodo que
no existe oficialmente, y vuelve a poner el foco sobre los feminicidios en el Estado de México,
una entidad administrativa donde asesinan a una mujer al día, según el
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Las
alarmas sobre Jessica comenzaron en la Universidad Tecnológica de
Toluca, una facultad privada, cuando un chico, llamado Óscar García
Guzmán, con el que coincidía en varias asignaturas de Psicología, la
comenzó a acosar. “No me gusta como me mira, me persigue, me da miedo”,
contaba a sus familiares, que ya habían preguntado a Jessica sobre ese
chico que parecía perseguirla. Jessica era la segunda hija del
matrimonio Jaramillo y tenía un hijo de diez meses, fruto de una
relación pasada que se desentendió del crío.
“Una de las veces que fuimos a recogerla a la universidad vimos a un
joven detrás de ella. Cuando nos vio se escondió detrás de un poste. Era
muy raro”, explican. Fue entonces cuando los Jaramillo, que prefieren
no revelar sus nombres por seguridad, decidieron cambiarla de
universidad. Con el riesgo que supone ser mujer en México —donde nueve
mujeres al día mueren a manos de la violencia machista—, en este Estado el peligro se multiplica,
pues ocupa los primeros puestos del país por el número de feminicidios y
mujeres desaparecidas. En esta zona persiste desde 2015 una alerta de
género (una herramienta gubernamental para atajar la violencia contra
las mujeres) en 11 de sus municipios, entre los que está Toluca, capital
del Estado.
-“No se preocupe, me voy a casa de Óscar a una fiesta”, rezaba el texto.
Esto no sonó bien al padre, por lo que intentó llamarla para corroborar que todo estaba en orden. Pero el teléfono ya no daba señal.
Es entonces cuando comienza la odisea de la familia Jaramillo, que tras conseguir la dirección de Guzmán a través de amigos de la joven, decidió ir a denunciar la desaparición de Jessica al día siguiente.
Las pruebas parecían irrefutables: era un tipo que la acosaba
en su anterior universidad, las coordenadas de su teléfono estaban en
ese punto y los vecinos aseguraban haberlos visto entrar, aunque no
salir.
Pero la fiscalía, según los familiares, aseguró que no podía comenzar la investigación hasta las 24 horas después de su ausencia, rompiendo así uno de los principios del protocolo de búsqueda de personas desaparecidas:
“La búsqueda debe iniciarse sin dilación”. Tras mucho insistir consiguieron, ya de madrugada, personarse en el lugar con un policía de investigación y varios municipales, pero ante la falta de respuesta en el domicilio, desistieron. Los agentes se fueron y la familia se quedó en el lugar. Era la primera noche de cuatro que pasarían frente a la casa del supuesto asesino de su hija.
A la mañana siguiente, tras una gran insistencia llamando al domicilio, Guzmán salió y los amenazó.
-“Déjenos entrar. Sabemos que Jessica está ahí”.
-“Váyanse. Si entran les baleo. Aquí no hay nadie. No conozco a ninguna Jessica”
La impaciencia golpeaba cada vez más a los Jaramillo. Conforme
pasaban las horas la probabilidad de encontrar a Jessica con vida era
menor. A lo largo de la tarde del 26, la familia asegura conseguir la
prueba definitiva. “La vimos por la ventana. Estaba rara, ida”, narran
con impotencia. Es entonces cuando volvieron a la fiscalía con la
esperanza de rescatar a su hija de inmediato.-”Sin la orden de cateo [registro] no podemos hacer nada. No podemos violar la ley”, les dijeron los funcionarios, según cuentan los Jaramillo.
Estaba a punto de cumplirse la tercera noche de la familia a la intemperie, solo bajo cobijo de su furgoneta y con un bebé de apenas diez meses. Era domingo 27. La impotencia y la rabia cada vez hacían más mella ante la pasividad de las autoridades. La desesperación se agudizaba de nuevo cuando el supuesto asesino volvía a salir enrabietado para amenazarlos otra vez, pero ahora acompañado de un pitbull agresivo. Otra noche más.
Al día siguiente, bajo la atenta mirada de los Jaramillo, Guzmán
salía arreglado. Camisa, pantalones chinos y zapatos de vestir. Algo
inusual según los vecinos, que aseguraban que siempre iba de negro y
descuidado. El supuesto feminicida se dirigía a la fiscalía. Esta vez
admitió, según las autoridades, que sí conocía a Jessica, pero que
después de estar en su casa la acompañó a que cogiera un taxi y no
volvió a saber de ella. Este fue el detonante para proceder al cateo del
domicilio, que no llegó hasta el miércoles 30.
Ese mismo lunes 28, según confirman los familiares, que no se
despegaron de la casa donde sabían que estaba Jessica, Guzmán llegó de
la fiscalía y se cambió de ropa. Salió de su casa con una mochila, una
gorra y saludó a los familiares mientras ellos lo grababan. El supuesto
feminicida se escapaba delante de la familia. Los Jaramillo no se
movieron del lugar.
Finalmente, la madrugada del martes 29 se aprobó la orden de registro
del domicilio.
Cuando entraron las autoridades no solo encontraron el
cuerpo de Jessica en el baño, con marcas de violencia en el cuello, sino
el de dos mujeres más hasta ahora sin identificar y que estaban
enterradas en el patio trasero. Tras más de una semana Guzmán sigue
prófugo. La fiscalía del Estado de México ofrece 300.000 pesos (15.600
dólares) como recompensa a quien ofrezca información sobre su paradero.
El terror sigue vigente en la zona. Las madres pasan rápido por
delante de la casa del crimen con sus niñas de la mano a la salida del
colegio. Los vecinos hacen corros aún días después de lo sucedido. Pero
el verdadero terror todavía está instaurado a unos siete kilómetros, en
casa de los Jaramillo. Con escolta policial a las puertas de su hogar.
Con miedo a salir solos. Con la impotencia de que las autoridades
tuvieron varias oportunidades de detener al supuesto asesino de su hija.
Y no lo hicieron.OSCAR GUZMAN EL COBARDE ASESINO ESTUDIO POR AL MENOS 4 AÑOS TECNICAS DE KRAV MAGA -ESPECIE DE ARTE MARCIAL ISRAELI QUE EN LA VIDA REAL SIRVE PARA ELIMINAR CONTRINCANTES
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pinche pelao hijo de su puta madre...DIOS MEDIANTE LO AGARREN Y LE DEN UNA BUENA MADRIZA aver si su crav maga lo ayuda cntra los reos que lo van a saludar
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