NOTA DEL BLOG: 2 DE JUNIO 2020
EL PASADO VIERNES 29 DE JUNIO LA JEFA DE CAJERAS DE UNA SUCURSULA BANCARIA EN LA CDMX VIVÒ PRACTICAMENTE UNA PELICULA DE ACCION TIPO HOLLYWOOD
UN GRUPO DE DELINCUENTES LE COLOCARON UN CINTURON BOMBA Y LA OBLIGARON A ROBAR 10 MILLONES DE PESOS .... ELLOS NI SIQUIERA SE BAJARON DEL AUTO LA CONTROLARON POR VIDEO LLAMADA
SI ESTO NO ES TERRORISMO , NO SE QUE SEA
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EL PASADO VIERNES 29 DE JUNIO LA JEFA DE CAJERAS DE UNA SUCURSULA BANCARIA EN LA CDMX VIVÒ PRACTICAMENTE UNA PELICULA DE ACCION TIPO HOLLYWOOD
UN GRUPO DE DELINCUENTES LE COLOCARON UN CINTURON BOMBA Y LA OBLIGARON A ROBAR 10 MILLONES DE PESOS .... ELLOS NI SIQUIERA SE BAJARON DEL AUTO LA CONTROLARON POR VIDEO LLAMADA
SI ESTO NO ES TERRORISMO , NO SE QUE SEA
Le ponen “cinturón bomba” a cajera de BBVA y roban 10mdp
Le ponen “cinturón bomba” a cajera de BBVA y roban 10mdp
Cd de México (02 junio 2020)
Por: Carlos Jiménez SOURCE C4NOTICIAS
Aquellos delincuentes secuestraron a la jefa de cajeros del banco. La subieron a un auto y ahí le pusieron un “cinturón bomba”. Lo cerraron con un candado y amenazaron con hacerla explotar si no robaba la sucursal para ellos. La guiaron por medio de una videollamada y así, en menos de una hora, lograron obtener un botín de diez millones de pesos.
Sucedió el viernes pasado en los límites entre la Ciudad y el Estado de México. La indagatoria para ubicar a los ladrones, la lleva la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad (FGJCDMX) y se encuentra registrada en el expediente CI-FIGAM/GAM-4/UI-2C/D/0077/05-2020.
De acuerdo con los reportes de las autoridades, aquel día, Karina S, jefa de cajeros de la sucursal BBVA 3497, salió de su casa en Ecatepec para ir al banco en la alcaldía Gustavo A. Madero.
Cuando iba en su auto, un microbús le cerró paso. Un hombre bajó de él, la amenazó con una pistola y la obligó a subir a otro automóvil.
En ese carro iban dos hombres más. Mientras avanzaban, le pusieron un “cinturón bomba”. Tenía un reloj, algunos tubos metálicos, cables de colores, cinta gris y, lo que le dijeron, era explosivo. Se lo colocaron y lo cerraron con un candado.
Luego se encaminaron al banco pues, le dijeron, tendría que ayudarles a robarlo.
Los ladrones sabían que Karina S era la jefa de cajeros de la sucursal que en ésta etapa de contingencia no está abierta al público, pues sólo sirve como bodega y centro de distribución de efectivo para algunas empresas.
En el camino la amenazaron, le aseguraron que sabían en dónde encontrar a su esposo, a sus hijos, a sus padres… y que, si se negaba a ayudarlos, la harían estallar, y luego asesinarían a cada uno de ellos.
Alrededor de las 9:45 de la mañana llegaron a la sucursal ubicada en Calzada San Juan de Aragón y avenida Ferrocarril Hidalgo, en la Colonia Constitución de la Republica. Le quitaron a Karina su teléfono y le dieron uno que ellos llevaban, luego la bajaron para que entrara al banco.
En ese celular iniciaron una videollamada. Le ordenaron que la mantuviera activa todo el tiempo y que les mostrara cada movimiento que haría. Si se perdía la llamada, dijeron, activarían la bomba.
Gracias a que ella era la jefa de cajeros tenía llaves y claves de acceso a todas las bóvedas.
Y así los “llevó" virtualmente hasta el interior de la bóveda mayor en la que guardaban todo el efectivo de la sucursal.
La amenaza la repetían a cada instante. Si hacía algo para delatarlos, activarían el detonador.
Aquellos hombres la hicieron guardar fajos y fajos de billetes en bolsas negras que le habían entregado. Fueron 10 millones de pesos en efectivo los que cargó ahí.
Los ladrones dejaron estacionado el automóvil de Karina afuera de la sucursal, un corsa blanco, con placas NPD8439. Le dijeron que ahí estaban las llaves y le ordenaron subir las bolsas con efectivo.
La videollamada continuaba activa. Los delincuentes seguían amenazando y dando indicaciones. La siguiente fue encender el auto y manejar por distintas calles de la zona.
Así la llevaron hasta el Periférico y el Rio de los Remedios, del lado del Estado de México. La hicieron bajar, pero antes le dijeron que tomara la llave del cinturón que le habían dejado en el piso del auto.
Una vez abajo, le ordenaron caminar. Debía avanzar sin voltear. De nuevo le advirtieron que, si lo hacía, la explotaría. Por eso tenía que caminar unos cinco minutos, sólo después de ese tiempo podría quitarse el cinturón.
Tenía que hacerlo y lanzarlo al canal de Rio de los Remedios pues, según ellos, estallaría si no lo hacía. Karina cumplió cada una de las órdenes. Como pudo se quitó aquel cinturón y lo aventó. Después corrió y corrió.
Ahora, la Policía de Investigación (PDI) indaga cada uno de los movimientos que le ordenaron aquel día. También buscan cámaras y analizan todo lo que sucedió. Al final los ladrones se robaron 10 millones pesos del banco, al que ni siquiera entraron.
Cd de México (02 junio 2020)
Por: Carlos Jiménez
Aquellos delincuentes secuestraron a la jefa de cajeros del banco. La subieron a un auto y ahí le pusieron un “cinturón bomba”. Lo cerraron con un candado y amenazaron con hacerla explotar si no robaba la sucursal para ellos. La guiaron por medio de una videollamada y así, en menos de una hora, lograron obtener un botín de diez millones de pesos.
Sucedió el viernes pasado en los límites entre la Ciudad y el Estado de México.
La indagatoria para ubicar a los ladrones, la lleva la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad (FGJCDMX) y se encuentra registrada en el expediente CI-FIGAM/GAM-4/UI-2C/D/0077/05-2020.
De acuerdo con los reportes de las autoridades, aquel día, Karina S, jefa de cajeros de la sucursal BBVA 3497, salió de su casa en Ecatepec para ir al banco en la alcaldía Gustavo A. Madero.
Cuando iba en su auto, un microbús le cerró paso. Un hombre bajó de él, la amenazó con una pistola y la obligó a subir a otro automóvil.
En ese carro iban dos hombres más. Mientras avanzaban, le pusieron un “cinturón bomba”. Tenía un reloj, algunos tubos metálicos, cables de colores, cinta gris y, lo que le dijeron, era explosivo. Se lo colocaron y lo cerraron con un candado.
Luego se encaminaron al banco pues, le dijeron, tendría que ayudarles a robarlo.
Los ladrones sabían que Karina S era la jefa de cajeros de la sucursal que en ésta etapa de contingencia no está abierta al público, pues sólo sirve como bodega y centro de distribución de efectivo para algunas empresas.
En el camino la amenazaron, le aseguraron que sabían en dónde encontrar a su esposo, a sus hijos, a sus padres… y que, si se negaba a ayudarlos, la harían estallar, y luego asesinarían a cada uno de ellos.
Alrededor de las 9:45 de la mañana llegaron a la sucursal ubicada en Calzada San Juan de Aragón y avenida Ferrocarril Hidalgo, en la Colonia Constitución de la Republica. Le quitaron a Karina su teléfono y le dieron uno que ellos llevaban, luego la bajaron para que entrara al banco.
En ese celular iniciaron una videollamada. Le ordenaron que la mantuviera activa todo el tiempo y que les mostrara cada movimiento que haría. Si se perdía la llamada, dijeron, activarían la bomba.
Gracias a que ella era la jefa de cajeros tenía llaves y claves de acceso a todas las bóvedas.
Y así los “llevó" virtualmente hasta el interior de la bóveda mayor en la que guardaban todo el efectivo de la sucursal.
La amenaza la repetían a cada instante. Si hacía algo para delatarlos, activarían el detonador.
Aquellos hombres la hicieron guardar fajos y fajos de billetes en bolsas negras que le habían entregado. Fueron 10 millones de pesos en efectivo los que cargó ahí.
Los ladrones dejaron estacionado el automóvil de Karina afuera de la sucursal, un corsa blanco, con placas NPD8439. Le dijeron que ahí estaban las llaves y le ordenaron subir las bolsas con efectivo.
La videollamada continuaba activa. Los delincuentes seguían amenazando y dando indicaciones. La siguiente fue encender el auto y manejar por distintas calles de la zona.
Así la llevaron hasta el Periférico y el Rio de los Remedios, del lado del Estado de México. La hicieron bajar, pero antes le dijeron que tomara la llave del cinturón que le habían dejado en el piso del auto.
Una vez abajo, le ordenaron caminar. Debía avanzar sin voltear. De nuevo le advirtieron que, si lo hacía, la explotaría. Por eso tenía que caminar unos cinco minutos, sólo después de ese tiempo podría quitarse el cinturón.
Tenía que hacerlo y lanzarlo al canal de Rio de los Remedios pues, según ellos, estallaría si no lo hacía. Karina cumplió cada una de las órdenes. Como pudo se quitó aquel cinturón y lo aventó. Después corrió y corrió.
Ahora, la Policía de Investigación (PDI) indaga cada uno de los movimientos que le ordenaron aquel día. También buscan cámaras y analizan todo lo que sucedió. Al final los ladrones se robaron 10 millones pesos del banco, al que ni siquiera entraron.
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