NOTA DEL BLOG: CD VICTORIA TAMAULIPAS MEXICO 17 DE JUNIO DEL 2025
¡FIN DEL REINADO!
Celina Elizabeth Delgado Hernández: sola, derrotada y señalada por el mismo sistema que usó para hostigar y destruir
Ciudad Judicial, Tamaulipas.– El tiempo, como siempre, pone a cada quien en su lugar. Y hoy, finalmente, Celina Elizabeth Delgado Hernández, directora de la Dirección de Visitaduría, enfrenta la realidad que durante años negó, burló y reprimió desde su escritorio de poder: ya no tiene a nadie, ya no manda, y sobre todo, ya nadie le teme.
Luego de ser la menos votada en la contienda por la magistratura del Poder Judicial —una derrota humillante que evidenció su falta absoluta de legitimidad—, los rumores de su caída se confirmaron. Y con ello, se abrió la caja de Pandora que por años mantuvo sellada con presiones, chantajes, favores personales y una estructura corrupta que hoy se le revierte como un boomerang.
Celina usó el poder para destruir, nunca para construir. Su paso por la Dirección de Visitaduría no se recuerda por logros institucionales, sino por una persecución sistemática, arbitraria y selectiva contra todo aquel que no se doblegara ante sus caprichos. Fue juez, parte, fiscal y verdugo de compañeros de carrera, subordinados y personal técnico, armando expedientes al vapor, filtrando información, y manipulando sanciones como moneda de cambio.
Un historial de impunidad y doble moral
Durante años, Celina se amparó en el discurso de género para escudarse de toda crítica. Acusó de "misóginos" a sus adversarios, se victimizó ante cada cuestionamiento, y usó su condición de mujer para evadir responsabilidades administrativas, legales y éticas. Sin embargo, quienes verdaderamente la conocen, saben que ha sido ella quien ha denigrado sistemáticamente a mujeres y hombres por igual. Ha humillado a trabajadoras, gritado a madres de familia en su oficina, y se ha burlado del estado civil, la apariencia física o la procedencia de los servidores públicos.
Incluso, las denuncias que ella misma promovió ante el IETAM y el TRIETAM, en supuestos actos de violencia política de género, no prosperaron, no sirvieron de nada. Porque no tenían sustento, porque no había pruebas, porque todo era una estrategia para victimizarse y mantener el control institucional por la vía del chantaje jurídico.
Protegidos que caerán con ella
Pero no se irá sola. La estructura que la sostuvo también será arrastrada. Su mano derecha, Alfonso Guerra Dueñez, ya se encuentra bajo observación. María Guadalupe Espinoza Jalomo, su operadora de confianza, enfrenta señalamientos por tráfico de influencias y favoritismo en evaluaciones internas. Y por si fuera poco, el escándalo personal más fuerte gira en torno a su amante, Martín Eliseo Olvera Ortiz, quien habría sido promovido y protegido por Celina Delgado Hernández a cambio de favores muy personales y lealtad ciega.
Caso Jalomo: la burla institucional en su máxima expresión
María Guadalupe Espinoza Jalomo, hoy secretaria particular de Celina Delgado Hernández, es el ejemplo perfecto del dedazo descarado y del tráfico de influencias a plena luz del día. Y es que Jalomo no tiene preparación, no tiene trayectoria, y no tiene idea de lo que hace. Apenas fue Oficial Judicial “B” durante un año y medio, sin experiencia relevante ni formación técnica en el ámbito administrativo, pero eso no importó. Celina la impuso de forma directa y arbitraria en el lugar de Misael, quien sí tenía perfil y conocimiento.
Desde entonces, Jalomo ha ocupado el cargo como una figura meramente decorativa. No sabe redactar un informe, no entiende los procedimientos, no tiene noción de lo que significa resolver un expediente, y todo lo que hace —cuando algo logra hacerse— es gracias a quien realmente opera detrás de ella: su amante, Martín Eliseo Olvera Ortiz.
Sí, Martín Eliseo, también empleado judicial, es quien le hace todo el trabajo, quien redacta, quien interpreta los oficios, quien lleva las cuentas, quien resuelve lo que Jalomo ni siquiera entiende. En voz baja, en los pasillos, ya se comenta con sorna: “la secretaria particular solo está para calentar la silla y dormir con el que sí sabe”.
Un comentario burdo, sin duda, pero que retrata con crudeza la indignación del personal, que día tras día observa cómo el mérito, la preparación y el esfuerzo son pisoteados por una estructura de poder basada en relaciones personales y favores íntimos.
El nombramiento de Jalomo es insultante, no solo para quienes fueron desplazados por ella, sino para toda una generación de profesionales que sí se preparan, que sí estudian, que sí aspiran a crecer dentro del Poder Judicial con base en la ética y el conocimiento.
Así funciona la Dirección de Visitaduría bajo el control de Celina: premios por afinidad, ascensos por conveniencia, cargos otorgados a incondicionales sin preparación, mientras el personal capacitado es relegado, presionado o directamente despedido.
Una oficina convertida en guarida de venganza
Hoy, quienes aún laboran en Visitaduría aseguran que la oficina de la directora se ha convertido en un centro de operaciones clandestinas, donde se conservan carpetas de responsabilidad administrativa que deberían estar en manos de órganos de control, pero que ella guarda celosamente para usarlas como herramientas de presión y castigo político.
“Celina no dirige, no resuelve, no mejora procesos. Solo dedica su tiempo a planear cómo destruir al personal que no es de su círculo. Tiene una lista negra. Y la actualiza todos los días”, refiere un servidor público que solicitó el anonimato por seguridad.
Los títulos y años que no valieron nada
La funcionaria se jacta de sus supuestos “30 años de servicio”, de ser licenciada, maestra y doctora, pero todo eso no le sirvió de nada para ganar la confianza y el respeto institucional. “¿De qué le sirvió tanto conocimiento, tanta experiencia, si no pudo ni mantener un equipo ni conservar la lealtad?”, se cuestionan en los pasillos.
Dicen que comenzó desde abajo, y sí, es verdad, pero también es cierto que nunca duró ni consolidó ningún puesto en esos inicios, se movía constantemente sin dejar huella positiva.
La justicia llega tarde, pero llega
La derrota de Celina no es solo política, es moral y ética. Fue la menos votada porque todos saben la verdad: es una persona desgraciada, que usó el poder para venganza, persecución y destrucción de carreras profesionales. Por fin, la justicia le alcanzó.
Aquellos que ella dejó sin empleo, que fueron humillados, perseguidos y silenciados, hoy celebran en silencio. “Ahora podemos dormir, ahora podemos trabajar en paz. Por fin le llegó su momento”, aseguran.
La única esperanza que le queda es regresar a la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde aún la sostienen por compromiso, no por méritos. “Que vuelva a dar clases y no haga más daño”, concluyen.
El principio del fin
El clima es claro: Celina ya no está en control, ya no es factor de poder, y lo único que mantiene es el eco de su pasado autoritario. El personal habla con menos miedo, los jefes ya no responden a sus llamados, y el Consejo ya no escucha sus recomendaciones. Su legado está marcado por el abuso, la simulación, la hipocresía y la destrucción de talento institucional.
Aunque ella aún actúe como si todo estuviera bajo control, el reloj avanza, y con cada minuto que pasa, su caída se vuelve irreversible.
Porque en el Poder Judicial, ya nadie le cree. Porque su tiempo terminó. Y porque todo lo que se construye con prepotencia, se derrumba con vergüeza
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EXIGEN INVESTIGACION INMEDIATA V.S. Lic CELINA ELIZABETH DELGADO HDZ quien tramposamente busca ser MAGISTRADA del PODER JUDICIAL @PJTamaulipasMx
— Menny ALERTA DE RIESGO (@MennyValdz) April 28, 2025
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